Si observas a los animales verás que en cierto modo, viven en un estado de permanente meditación involuntaria.
Observemos por ejemplo a un perro adulto, cuando éste descansa sin dormir. Puede pasarse mucho tiempo cerrando y abriendo sus ojos alternativamente. Casi no cambia de postura. No hace nada. Parece haberse ido del mundo exterior. Esto lo notamos cuando algo externo del entorno lo distrae. Entonces vuelve, y reacciona moviendo sus orejas, ladrando, parándose, estirándose. Todo depende del efecto que ese acontecimiento exterior cause en él. Y dará la medida en que el animal saldrá o no de su aparente trance.
Si lo observamos detenidamente durante estos largos períodos en que pareciera no hacer nada, pero tampoco está dormido, quizás nos parezca que se encuentra pensando. Pero ¿pensando en qué? Se sabe que ningún animal piensa como lo hacemos nosotros. No pueden estar pensando, por ejemplo, que están con apetito y preguntándose cuándo será que el dueño les dará de comer. O si alguien en la casa los estará por sacar a pasear para hacer sus necesidades. Tampoco sus vivencias y experiencias presentes provocarán en ellos una toma de conciencia respecto de las mismas.
Está comprobado que los animales actúan por reflejo y por instinto. Es decir, no tienen conciencia de sí mismos, de la vida, de que algún día morirán o del simple transcurso del tiempo. Sólo reaccionan a estímulos externos. Si nos enojamos con ellos se entristecerán pero no sabrán que están tristes ni por qué. Entonces, si no piensan (al menos no como lo hacemos nosotros), ¿que hacen cuando descansan quietos, despiertos pero sin hacer nada? Podríamos insinuar con poca probabilidad de equivocarnos, que su mente se encuentra vacía. Al menos, vacía de todo lo que llena la nuestra. Quizás los asalten imágenes. Creo que el estado mental de ciertos animales que no se encuentran en actividad ni en situación de alerta es muy parecido al de nuestra meditación.
Creo que en algún estadio evolutivo mental no nos necesitamos a nosotros mismos. Nos desprendemos de nuestro cuerpo terrenal y de lo que creemos que somos. Es cuando no se hace necesaria identificación alguna con nada. Cuando quizás nuestras mentes puedan verse unidas en su inactiva actividad con la de nuestros animales.
«A veces me invade la sensación de que la meditación
trasciende nuestra humanidad»
Fuente: libroabiertorudyspillman.blogspot.com
Cuando comunico con un Animal,
el mundo desaparece, los sentidos pasan a formar
parte de un proceso interno lleno de majestuosidad,
desaparezco yo y aparece un mundo desconocido,
inexplicable, lleno de sensaciones que solo te permite
ser y estar en comunión con ese Ser.
Desaparece la especie, desaparece el ser humano y
todo se convierte en una danza de almas, una
sensación que te acompaña siempre,
a partir de ese momento la posibilidad de sentirte solo ya no existe.
Una bonita forma de empezar a establecer esta conexión es meditar junto a nuestro animal de compañía y centrar toda nuestra atención en él; de esta forma nos iremos abriendo a esta nueva forma de sentir.
Los que estáis habituados a meditar percibiréis una forma de ‘estar’ distinta; pasaréis a estar en un segundo plano. Ya no sois el protagonista principal, y aun así os sentiréis en un estado de presencia mucho más profundo que meditando solo para vosotros.
No juzgues lo que sientas o percibas; no se trata de pensar en el animal sino simplemente de estar abierto o abierta a percibir, a ser consciente de su presencia.Respira, escucha y percibe. Conecta con la Madre Tierra, sé consciente de tu respiración primero y después de tu campo energético y poco a poco hazte consciente del suyo.
Si es un animal que no está acostumbrado a la resonancia energética es posible que en ese momento tu amigo se levante y se vaya; su extrema sensibilidad le hará moverse. No importa; tú sigue como si él estuviera ahí. Volverá; quizá no en ese momento, pero a medida tú vayas practicando él ira entendiendo que estás empezando a aprender a escucharle, siempre que él sienta que estás compartiendo ese momento en beneficio de los dos.
Ellos no viven a través de las imágenes mentales como nosotros, de forma que practicando esta conexión nos será mucho más sencillo unificarnos con la totalidad.
A través de ti ellos toman conciencia de sí mismos y a través de ellos nosotros despertamos a un nuevo sentir.
Los animales están al servicio para ayudarnos a recordar nuestra conexión con todos los reinos del planeta Tierra.