El universo es energía en diferentes estados, es decir, todo es energía vibrando a diferentes frecuencias.
Las personas también tenemos un sistema energético, al igual que tenemos otros sistemas: nervioso, circulatorio, endocrino, etc, aunque no lo podamos percibir a través de nuestros sentidos.
Además, todos los procesos del organismo son regulados por nuestra energía vital. Esta energía fluye a través de los meridianos o canales energéticos, y contribuye al buen funcionamiento de todos nuestros órganos y sistemas.
La canalización espiritual es un tratamiento especial que se basa en los conocimientos y sensibilidades psíquicas de una persona, logrando canalizar la información espiritual que proviene de otras dimensiones, con el objetivo de responder a las dudas y encontrar las soluciones que estamos buscando.
Se dice que somos seres espirituales de luz que vivimos una experiencia humana a diario, donde es posible que los problemas y las dificultades nos abrumen y llegue el momento donde no encontremos soluciones factibles o un espacio de calma donde podamos liberarnos. Durante una sesión de canalización espiritual nos pondremos en contacto, mediante la ciencia y el arte de la canalización, con nuestros maestros y guías.
Para poder canalizar la energía vital, lo primero es tomar conciencia de nuestro propio sistema energético.
Haciendo uso de técnicas como la visualización, la meditación o trabajos energéticos específicos, los cuales hacen posible los procesos de apertura, integración y desarrollo de lo vivido.
Práctica de meditación utilizando la energía de los dedos
Otra manera de canalizar la energía vital es realizar una meditación con la energía de los dedos.
Sólo tienes que ir rodeando cada uno de los dedos, con los dedos de la mano contraria. Pon toda tu atención en cada dedo, y en las sensaciones que vayan apareciendo en tu cuerpo.
En las manos, y en los pies, están reflejadas todas las zonas del cuerpo. Por ello, las diferentes posiciones de los dedos ayudan a desbloquear aquellos puntos que se encuentran en desequilibrio:
Dedo pulgar: Representa el elemento fuego y el meridiano pulmón. Su cometido energético es equilibrar las energías del cuerpo, aportando energía cuando hace falta y absorbiendo el exceso cuando debe eliminarse.
Dedo índice: Representa al elemento aire y se relaciona con el chakra de la garganta, el estómago y el intestino grueso. Energéticamente nos provee de la capacidad de crear y de pensar.
Dedo medio: Representa al elemento éter, y el meridiano implicado en la energía de este dedo es el meridiano de la circulación. Se relaciona con el chakra del corazón. Tiene como cometido proveernos de la energía necesaria para aprovechar y superar los retos de la vida.
Dedo anular: Representa al elemento tierra y el meridiano del hígado. Su energía nos proporciona la fuerza necesaria para defendernos y luchar por lo que es nuestro. También aporta equilibrio interior para afrontar cualquier situación. Se corresponde con el primer chakra.
Dedo meñique: Representa al elemento agua y nos facilita la posibilidad de relacionarnos socialmente. Se encarga de trabajar nuestras emociones. Tiene asignado el segundo chakra.