En Estados Unidos, a mediados de agosto, el Ejército estadounidense anunció estar en posesión de fármaco secreto ZMapp, considerado la respuesta al virus del ébola. Dicho anuncio se hizo coincidir con el traslado desde Liberia del médico Kent Brantly y la cooperante Nancy Writebol, ambos afectados por el virus, al centro de enfermedades infecciosas en Atlanta, uno de los más completos y prestigiosos a nivel mundial. Una vez superada la enfermedad, se publicitó que los fármacos experimentales habían ganado la guerra al virus.
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Como siempre detrás de las enfermedades mortales como el ébola surge la gran duda ¿es un argumento para clausurar fronteras y una bendición para las empresas farmacológicas?
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Las alternativas para curar el ébola son criticadas por las Las ONG que trabajan sobre el terreno en África también alertan sobre estas pócimas milagrosas que están saliendo en el mercado. “No hay evidencia que puedan funcionar”, destacan a La Vanguardia.com fuentes de Médicos sin Fronteras, que reconocen que lo único que pueden hacer ahora mismo es intentar que los pacientes infectados por este virus en el territorio africano sufran lo menos posible a la espera que se descubra un tratamiento efectivo.