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Los secretos de las Iniciaciones Sagradas : Meditación Trascendental

No cierres los ojos, lector. Continúa leyendo, si quieres.
Te propongo entrar paso a paso en un proceso de meditación profunda, para alcanzar los logros espìrituales que en ti anhelas. Inspira ya lentamente, mientras centras la atención total de tu ser en este texto.
Llena tus pulmones de aire. Y, ahora, expira despacio, hasta que tus pulmones se queden totalmente vacíos. Vuelve a inspirar, vuelve a expirar. Tómate tres minutos en realizar esa práctica de respiración lentificada, absolutamente necesaria para meditar transcendentalmente, esto es, llegando hasta el más allá del ser que somos habitualmente .

Te has relajado, gracias a las inspiraciones y expiraciones lentas que has realizado. Ahora, da una orden clara a tu cerebro: que se relaje todo mi cuerpo físico, dí mentalmente. Y siéntelo, así.
Sientes cómo tus hombros, tus brazos, tus piernas, tu estómago, tu frente, todo cae, todo se abre, todo se ablanda y se vuelve más ligero… Entras en un estado de relajación cada vez más profunda, estés sentado o estés echado, leyendo.
Trata de leer lentamente, más lentamente, cada vez más lentamente, sin saltarte una sola palabra… será bueno para tu relajación y, finalmente, para tu meditación en el Ser, en Dios, en el Todo, ya seas cristiano, etc., o vedántico…

Tu cuerpo se ha relajado. Lo que sientes que está en su interior, es tu ser etérico. Tu espíritu, tu esencia, tu élan vital (tu aliento vital en francés).

No eres tu cuerpo, eres tu alma. Eres un alma, escucha bien, inmersa en un contexto que todo él es Él, que todo ello es El Todo Creativo-Creador-Recreador. Has detenido tus pensamientos o se han revolucionado al leer estas palabras.

En todo caso, ordena ahora a tu mente, mediante tu pensamiento; que éste mismo se detenga. Que ya no haya un mar de pensamientos, un río de pensamientos, en tu mente. Y, entonces, así, siente el ser que eres inmerso en lo Absoluto… El ser que eres inmerso en lo Absoluto… Suena bien, ¿no?

Dí mentalmente amén o aum u om, lo que quieras. Ora ahora si lo deseas. El poder de la oracíón siempre es eficaz. Si la oración, sea en clave de la religión que sea, está hecha desde una mente relajada, tiene mucho mayor poder frente al mundo espiritual.

Y sal, ya, despacio de tu meditación-relajación trascendental. Ha sido un placer guiarte, amigo lector. Hasta pronto.

Ricardo Daulah