Hay pocas cosas en la vida que puedan acercarse a la felicidad como sentir una profunda sensación de paz y serenidad.
Si un día, meditando, has alcanzado ese estado de paz, la vida te ha entregado uno de sus regalos más preciados, pero es eso ,un regalo; meditarás muchas veces más sin conseguirlo, no obstante desde ese día te sentirás apegada a la meditación y ese será el regalo.
La felicidad hay que saber identificarla, así nos será más fácil reconocerla cuando vuelva a aparecer.
Que nada te aparte de tu paz interior.
Dalinia Akara