Se considera personas puras de corazón las que no se acercan al poder y a la fama; pero quienes pueden estar cerca sin verse afectadas son las más puras de todas.
Se considera personas de espíritu elevado aquellas que ignoran cómo conspirar e intrigar; mas quienes saben cómo hacerlo pero no lo hacen, son las de espíritu más elevado.
La manera de pensar de las personas iluminadas, al igual que el azul del cielo y la luz del sol, no ha de ser escondida por los demás. Pero sus talentos, al igual que gemas que han de ocultarse, no han de darse fácilmente a conocer a los demás.
Incluso los pájaros se entristecen en medio de una violenta tormenta; incluso las plantas se alegran en un día soleado. Obviamente, el cielo y la tierra no pueden actuar sin moderar su fuerza siquiera durante un día; la mente humana no puede funcionar sin un espíritu alegre siquiera por un día.
“Sentirse humano y profundamente escuchado es una de las cosas que produce más alivio interior”
Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir.
La bondad del corazón abre muchas puertas.
Si intentas ser ecuánime y justo,
evitarás desorientarte y confundirte con prejuicios
y te librarás de ser injusto en tus apreciaciones
sobre los demás y en relación con sus actos.
Si evitas descalificar a los demás
te harás mucho más aceptable a ellos.
Si te deshaces de resentimientos,
actuarás con firme y segura esperanza,
tu corazón será un remanso de paz
y un delicado artesano
para el bienestar de quienes te rodean
y a quienes amas.