Me gusta la gente profunda. Me gusta la gente que tiene emoción. Me gusta la gente con una mente fuerte, una mente interesante, distinta, y que me haga sonreír.
– A. L. Kershaw
Odio las conversaciones cortas. Yo quiero hablar de átomos, muerte, extraterrestres, sexo, magia, intelecto, el significado de la vida, galaxias lejanas, agujeros negros y de gusano, física cuántica, sueños, las mentiras que has dicho, tus defectos, tus olores favoritos, tu niñez, lo que te mantiene despierta cada noche, tus miedo e inseguridades.
Me gusta la gente profunda, que hablan con emoción de una mente retorcida. No quiero saber sólo un «ah, ya»…
Quizás esas personas habitan en mi mente o en las librerías leyendo hasta la muerte, o quizás están hibernando por el invierno y tal vez aparezcan radiantemente en primavera.
Hasta entonces…habrá que esperar y soportar.
Reflexiones
A veces las cosas ordinarias se vuelven extraordinarias, simplemente porque las hacemos con las personas adecuadas.
– Anónimo
Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida.
Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa: «Estoy bien».
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Creo que es importante entender que, a veces, podemos echar de menos algo, pero no necesariamente quererlo de vuelta.
– Anónimo
Me encantan las camas deshechas. Me encanta cuando una persona está borracha y llorando y no puede evitar ser lo más sincera que puede en ese momento. Me encanta la mirada esa que se te pone cuando te das cuenta de que te has enamorado. Me encanta cuando te acabas de despertar y no te acuerdas bien de dónde estás. Me encanta el corte de respiración que te provoca la muerte de tu personaje favorito. Me encanta cuando la gente cierra los ojos y se va a algún lugar entre las nubes. Me enamoro de la gente y de sus momentos sinceros. Me enamoro de sus averías emocionales, de su maquillaje corrido y sus sueños despiertos. La honestidad es demasiado bonita como para describirla con palabras.
– Anónimo
