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Rousseau y la paciencia

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Cultivar la paciencia, saber esperar es uno de los aprendizajes más importantes que debe realizar el ser humano.
Desde pequeños vamos sometiéndonos voluntariamente a esfuerzos que nos perfmiten llegar a conseguir un bien mayor.

«La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces».

Con las relaciones humanas ocurre lo mismo, practicando la paciencia aprendemos a no enfadarnos cuando alguien se equivoca, aprendemos a tolerar los fallos de los demás y admitir los propios.
La capacidad de saber esperar, de soportar la angustia y la ansiedad cuando deseamos algo con impaciencia es el mejor antídoto contra las relaciones destructivas.

Rousseau y la paciencia

«Sólo somos curiosos en proporción con nuestra cultura.»

Jean Jacques Rousseau