Las relaciones sociales han sido objeto de estudio desde la antiguedad y los filósofos no han dejado de preguntarse sobre la enigma de ser.
«Importa mucho más lo que tu piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti», decía Séneca.
Las personas «autónomas», equilibradas y objetivas son capaces de reconocer sus puntos fuertes y débiles y independencia de la opinión externa.
Cuando una persona tiene autoestima es capaz de valorar las opiniones de los demás sin dejarse arrastrar por ellas.
Su criterio es firme y se comporta de forma asertiva, es decir aceptar halagos y críticas y ser capaz de interactuar con otras personas consiguiendo sus objetivos y teniendo en cuenta los de los demás.
Séneca y la autoestima
Séneca destacó tanto como pensador e intelectual, así como político. Consumado orador, fue tanto una figura predominante de la política romana durante la era imperial como uno de los senadores más admirados, influyentes y respetados, y fue foco de múltiples enemistades y benefactores, a causa de este extraordinario prestigio.