La mente, ese sistema poderoso …
Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.
No es necesario gritar ni enfadarse para conseguir algo que sabes de antemano que va ser fuente de conflictos.
En la zona prefrontal del cerebro es donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde inventamos nuestro futuro, donde valoramos los pros y los contras, donde hurdimos estrategias para solucionar problemas o tomar decisiones.
Está tremendamente influido por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional.
Por tanto hay que entrenar ese espacio de la mente, porque lo que tu sientes la mente lo acaba mostrando.
Hay que cuidar nuestra mente.
Se ha comprobado que un minuto entreteniendo a la mente con un pensamiento negativo, deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas.
La sensación de agobio que produce esto se refleja en el estrés, que puede lesionar neuronas porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.
¿Qué hacer para evitar desordenar estas piezas claves?
Contra la preocupación y la obtusidad tenemos un valioso recurso, la respiración.
Llevar en esos momentos nuestra atención al abdomen y respirar desde ahí ya tiene por si solo la capacidad de producir cambios en el cerebro.
Automáticamente se están segregando hormonas como la endorfina y la serotonina, mejorando así la sintonía entre los dos hemisferios cerebrales.
Osea es importante llevar el foco de atención a la respiración, hacerla consciente ya que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
«Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro»
¿Por qué la importancia del silencio para nuestra mente?
El silencio es como un zumbido de limpieza. Las palabras por sí solas activan los nucleos amigdalinos, pueden activar así los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales.
Cuando conseguimos reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, ya solo las migrañas pueden reducirse en un 80%.
Las palabras producen confusión, solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad.
La percepción va más allá de la razón.
Hay que ser constante en el entrenamiento de la mente ya que la mayor parte de nuestros actos se rigen por el inconsciente. Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido creando, por ello debemos educar y preparar nuestra mente.
Lo fundamental para llevar a cabo nuestra higiene mental es entrenar nuestra integridad honrando nuestra propia palabra.
Cuando decimos «voy a hacer esto» y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro.
De ahí esa sensación de frustación y decepción hacia nosotros mismos que a veces titulamos «sentimiento de culpabilidad»
El mayor potencial es la conciencia.
La conciencia pasa examen.
Siémbrale confianza, bondad, honestidad.
«El corazón alegre constituye buen remedio y hace que el rostro sea hermoso, pero el espíritu errante seca los huesos».
La aceptación es el primer paso a la transformación
Una persona sana debe estarlo tanto en mente como en cuerpo, es decir existe una relación. Esta relación permitió el nacimiento de una nueva ciencia, la psiconeuroinmunologia (PNI), que estudia como influyen ciertos procesos psicológicos en la salud.
Gracias a los estudios derivados de la PNI, se ha descubierto un vínculo físico (sinapsis), entre células del sistema nervioso y del sistema inmunológico, haciendo a estos dos sistemas humanos, interdependientes.