Hablar con la gente, por lo general, te agota. Ello no quiere decir que rehuyas de quedar con tus amigos, ni aún menos las fiestas. Te gustan las buenas conversaciones ante un café con las personas que aprecias pero, eso sí, durante un tiempo prudencial.
Hay momentos, en que casi sin saber cómo, percibes que has desconectado por completo de un diálogo, y que quien está ante ti sigue hablando y hablando, mientras tú, te encuentras a años luz. Al final, no tienes más remedio que despedirte de forma apresurada con una excusa para recuperar tu soledad, tu espacio de paz.
Dejas escapar un suspiro de alivio mientras te dices una vez más, que hablar con la gente te agota, que te quedas sin fuerzas… ¿A qué puede deberse esta sensación?
Comentarte en primer lugar que esta características es algo habitual en millones y millones de personas. Se llama, cómo no, introversión.
Estamos seguros de que también tú tienes el clásico amigo que es capaz de hablar durante horas sin darse cuenta de que por tu parte, no has pronunciado ni un monosílabo. ¿Cómo lo hacen, cómo pueden estar hablando tanto tiempo sin agotarse?
Son personalidades extrovertidas, y lo creas o no, sus cerebros funcionan de forma diferente al tuyo. La introversión y la extroversión genera una tipo bioquímica algo distinta y de ahí, que nuestro umbral de atención y comunicación “social” varíe bastante.
Estudios como los publicados en la Universidad de Cornell o libros tan interesantes como “Genética y aprendizaje” nos indican, a modo de resumen, lo siguiente:
Vivimos en una sociedad que parece estar creada casi en exclusiva para la extroversión. Además, se mantienen falsos mitos que es necesario desterrar:
Entender que el cerebro de un extrovertido y un introvertido tienen sutiles diferencias nos hace sin duda entender muchas cosas, y no por ello se es mejor o peor. El éxito no se relaciona de forma directa con un carácter abierto y dado siempre a la interacción. Personas como Bill Gates o Mark Zuckerberg, por ejemplo, se definen como introvertidos.
Fuente: http://www.supercurioso.com/