Una persona con una voluntad fuerte es feliz.
Tal persona puede disfrutar con confianza de la vida,
sin ser derrotada jamás por el sufrimiento.
Una persona con un espíritu profundo es feliz.
Tal persona puede saborear las profundidades de la vida
mientras crea significado y valor
que durarán por siempre.
Una persona con una mente pura es feliz.
Tal persona está siempre rodeada
por las refrescantes brisas de la alegría.