Muchas enfermedades tienen su raíz en la acumulación de estrés tanto mental como físico. El cuerpo y la mente pierden su equilibrio, por ello es beneficioso la práctica de Yoga para enfermos de cáncer o enfermedades crónicas
En el cuerpo encontramos cuatro bases pilares sobre los cuales descansa el bienestar y la salud general del individuo.
Ellos son: Sistema respiratorio – Sistema circulatorio – Sistema digestivo – Sistema nervioso
Investigaciones científicas recientes confirman que el estrés es una de las principales causas en la incidencia de problemas cardíacos, cáncer y un sinfín de enfermedades crónicas en nuestro mundo moderno.
Estas enfermedades encuentran alivio con técnicas relajantes de Yoga: con posturas suaves, visualizaciones, relajación profunda y prácticas de respiración se consigue frenar la progresión del proceso y calmar y serenar la mente.
Los factores estresantes de nuestra vida no cambian, pero nuestra actitud puede cambiar aprendiendo y aplicando estas técnicas en la vida diaria.
Con estiramientos suaves y posturas a un ritmo confortable.
el yoga te hace practicar técnicas de relajación profunda y visualizaciones guiadas, obteniendo un equilibrio emocional.
Con ello conseguiremos elevar nuestra fuerza vital con prácticas de respiración.
Yoga para enfermos de cáncer
A día de hoy tanto médicos alopáticos como la mayoría de asociaciones oficiales de afectados oncológicos recomiendan el Yoga como práctica complementaria a los tratamientos de quimioterapia, radioterapia y cirugía. Cada tipo de cáncer requiere un tipo de tratamiento y por lo tanto tiene unos efectos secundarios diferentes, a la vez que cada persona reacciona a ellos de forma distinta, pero sí existen unos efectos secundarios que se repiten en muchos de los pacientes y el yoga tiene un papel muy beneficioso para paliarlos.
En el caso de las alteraciones en el sistema digestivo: tanto los vómitos como el estreñimiento y la acidez son factores comunes a causa de la quimioterapia. Simplemente el leve ejercicio físico que supone el Yoga, ayuda a mover los intestinos, facilitando la evacuación. Por otra parte, hay posturas específicas que ayudan al sistema digestivo y la digestión en si, como Halasana que proporciona un masaje intenso a vísceras abdominales, riñones, hígado y páncreas o Paschimottanasana que estimula órganos abdominales y incide en la acidez y el estreñimiento. Las torsiones también son una gran herramienta para normalizar el tránsito intestinal. También la práctica ayuda a abrir el apetito, un problema que sufren muchos enfermos y que es difícil de solucionar para la medicina alopática.
La fatiga es un trecho común tanto en pacientes expuestos a la quimioterapia como a la radioterapia. Cualquier sesión de yoga mejora la circulación y el funcionamiento de los órganos vitales, ayudando a que se sientan más vitales y con más energía. La mejora de la circulación también es muy importante a la hora de la eliminación de toxinas, teniendo en cuenta que los tratamientos oncológicos son altamente tóxicos para el organismo. Hay posturas que ayudan a los riñones a trabajar mejor, acelerando la purificación de la sangre como Paaschimottanasana.
El sistema inmunológico de los pacientes se ve altamente debilitado por los tratamientos, de forma que son más sensibles a cualquier infección, virus, etc. El Yoga refuerza el sistema inmunológico y evita las temidas “bajadas de defensas”.
Yoga para pacientes de cáncer – BYC Inspiration