El Yin y el Yang es un símbolo que refleja la inevitable dualidad de todas las cosas en la naturaleza, un tema de debate y reflexión muy común en el Taoísmo.
Para comprender el significado del Yin y el Yang hay que entender que las cosas pueden verse en términos de dos tipos de energía: pasiva y activa, o yin y yang. Cada signo sólo puede evaluarse comparativamente, porque ninguna cosa es absolutamente yin o yang. El yin y el yang no son fuerzas opuestas, que se enfrentan una a la otra, como ocurre con los conceptos religiosos del bien y el mal, sino que se trata de opuestos complementarios tan interrelacionados, que la existencia de uno precisa de la existencia del otro y de cuyo equilibrio depende la armonía de los fenómenos y, en el caso de nuestros entornos, el bienestar y la fortuna.
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Ninguna cualidad es totalmente independiente de su opuesto, nada puede ser tan absolutamente puro que no contenga un rastro de su opuesto, aunque sea en un nivel mínimo: este concepto se representa con el diseño de «yín» y el «yang», dos formas separadas, aunque muy entrelazadas dentro de las cuales podemos encontrar un punto de sus opuestos (un punto blanco dentro de la zona negra y viceversa).
De la unión de estos dos polos opuestos, surge el equilibrio y el balance dinámico que se manifiesta como el Tai Chi, que se asemeja al Tao que es la unidad absoluta del Todo. Del Tao original surge toda manifestación, cada parte se relaciona con una cualidad o característica. Las cualidades yin y yang son polos opuestos que se necesitan, se complementan y se ciñen mutuamente en infinitas variaciones.
El Yang es activo, masculino, dominante y positivo. Está colmado de poder y de energía.
El Yin es receptivo, femenino, complaciente y nutriente, negativo (en cuanto a polaridad), pasivo, espiritual y profundo. Etimológicamente hablando, “Yin” significa “el lado de la montaña que da a la sombra”, y el significado literal de Yang es “el lado que da al sol”. Se considera yin todo lo que tenga características o tendencias similares al agua, como por ejemplo, la frialdad, la oscuridad y la tendencia hacia abajo; y, yang todo lo que tenga características similares al fuego, como por ejemplo la calidez, la brillantez y la tendencia hacia arriba.
La categoría yang es más dinámica, activa y se manifiesta externamente frente a la categoría yin que es más pasiva, interiorizada e intrínseca, menos evidente.